Momento para introducir alimentos sólidos
Comience alrededor de los 4,5 meses, no se demore Anteriormente existía la opinión de que retrasar la introducción de alimentos sólidos podría reducir los riesgos de alergia. Sin embargo, estudios recientes han reflejado una conclusión diferente: retrasar la ingesta de alimentos sólidos en realidad no disminuye la incidencia de enfermedades alérgicas e incluso puede perder la oportunidad de prevenirlas.
Por lo tanto, muchas organizaciones médicas autorizadas, incluida la Academia Estadounidense de Pediatría y la Sociedad Europea de Gastroenterología, Hepatología y Nutrición Pediátrica, recomiendan introducir alimentos sólidos alrededor de los 4 a 6 meses de edad. Las investigaciones han descubierto que comenzar con alimentos complementarios durante este período en realidad puede ayudar a reducir la aparición y la gravedad de afecciones alérgicas como la dermatitis atópica.
Los padres no deben posponer la introducción de alimentos sólidos por motivos de alergia. La introducción oportuna puede ayudar a la prevención, mientras que no hacerlo en el momento adecuado puede resultar contraproducente.
Sigue estrictamente la secuencia de introducción
Comience con proteínas de fuente única y luego mezclas complejas Para minimizar los riesgos de alergia, el orden de introducción de los alimentos sólidos es extremadamente crucial. El principio general es comenzar con proteínas de fuente única y pasar gradualmente a alimentos más complejos y con múltiples proteínas.
Comience con papillas de un solo grano, como arroz, y luego pase a productos a base de harina. En el caso de las verduras, las de hojas verdes como las espinacas y el repollo deben ir antes que los tubérculos como el rábano y la patata, que contienen más enzimas que pueden provocar alergias. Se pueden probar la mayoría de las frutas, excepto las altamente alergénicas como el mango, el kiwi y la fresa, que conviene esperar hasta más tarde. Para las carnes, comience con la carne de cerdo, seguida del pollo, la ternera y el pescado. Se prefiere el pescado de aguas profundas a las variedades de agua dulce. Los alimentos de alto riesgo, como mariscos, huevos y nueces, deben retrasarse hasta que el niño sea mayor. Introduzca sólo un alimento nuevo a la vez y observe durante al menos una semana Lo más importante es que cada vez que se introduce un alimento nuevo, se debe hacer de forma independiente y se debe monitorear de cerca al niño durante al menos una semana para detectar cualquier reacción alérgica. Sólo después de confirmar que no hay efectos adversos se debe agregar otro alimento nuevo.
Algunos estudios sugieren que incluso los alérgenos de alto riesgo, como el maní, cuando se consumen con moderación alrededor de los 5 o 6 meses de edad, en realidad pueden ayudar a reducir las alergias en el futuro. Sin embargo, considerando las diferencias individuales, es aconsejable un enfoque más cauteloso de esperar hasta que la constitución del niño se estabilice, a menos que más investigaciones apoyen la introducción temprana.
Alternativas si no es posible amamantar
Considere fórmulas bajas en alérgenos o hidrolizadas Si la madre no puede continuar con la lactancia materna exclusiva, o si la condición alérgica del bebé no mejora con la leche materna, se pueden considerar fórmulas hipoalergénicas o de proteínas parcialmente hidrolizadas diseñadas para bebés alérgicos.
Estas fórmulas descomponen las moléculas de proteína en fragmentos más pequeños que tienen menos probabilidades de desencadenar una respuesta inmune alérgica. Numerosos estudios muestran que para los bebés de alto riesgo, las fórmulas bajas en alérgenos son más efectivas que las fórmulas lácteas regulares para aliviar los síntomas. Las proteínas parcialmente hidrolizadas con pesos moleculares entre 500 y 3000 daltons son particularmente útiles para desarrollar la tolerancia oral.
Estas fórmulas especiales retienen todos los nutrientes necesarios para el crecimiento. El uso prolongado no sólo puede mejorar afecciones como la dermatitis atópica, sino que también puede reducir los riesgos futuros de asma y rinitis alérgica.
Consideraciones dietéticas para niños mayores
Evite los alimentos ricos en grasas y calorías y consuma antioxidantes Aparte de la infancia, la dieta sigue siendo de vital importancia para los niños alérgicos a medida que crecen.
En primer lugar, se deben evitar los alimentos excesivamente ricos en calorías y grasas, ya que pueden exacerbar la inflamación interna y empeorar los síntomas alérgicos. En segundo lugar, se deben consumir suficientes nutrientes antioxidantes para mitigar el daño celular y tisular:
Vitaminas C, E: de verduras y frutas verdes. Betacaroteno – de productos coloreados Los ácidos grasos insaturados como EPA y DHA de los aceites de pescado de aguas profundas también tienen efectos antiinflamatorios. Mantener una buena calidad nutricional general beneficia no solo la inmunidad de la piel, sino que también ayuda a prevenir las alergias orales y respiratorias.
En resumen, para los bebés y niños con alto riesgo de alergias, es esencial controlar cuidadosamente la secuencia de introducción de alimentos sólidos. Sin embargo, el manejo dietético a largo plazo centrado en la calidad de los nutrientes es igualmente crucial. Seguir un enfoque personalizado paso a paso ayuda a cultivar una tolerancia oral positiva y reduce los riesgos de alergia de por vida.
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