Preguntas frecuentes sobre tratamientos para la dermatitis atópica

¿Los niños con dermatitis atópica desarrollarán otras enfermedades alérgicas a medida que crezcan?

La progresión de las enfermedades alérgicas se conoce como “marcha alérgica” en medicina, y aparecen diferentes tipos de síntomas alérgicos en diferentes edades. Los bebés suelen presentar por primera vez dermatitis atópica, principalmente porque los alérgenos primarios que encuentran en esta etapa provienen de los alimentos, lo que provoca manifestaciones cutáneas.
A medida que crecen, los alérgenos del aire, como los ácaros del polvo y el polen, empiezan a desempeñar un papel importante. Los síntomas de la rinitis alérgica y el asma tienden a surgir gradualmente entre los 2,5 y los 4 años de edad, y la rinitis alérgica suele preceder a los síntomas del asma.
Múltiples estudios han indicado que los niños que sufrieron dermatitis atópica en la primera infancia tienen una probabilidad significativamente mayor de desarrollar rinitis alérgica y asma en el futuro. Por tanto, el control temprano de la dermatitis atópica es crucial para prevenir el desarrollo posterior de otras enfermedades alérgicas.

¿Puede la inmunoterapia ayudar a aliviar la dermatitis atópica?

Actualmente, la inmunoterapia se considera el único tratamiento capaz de alterar fundamentalmente la constitución alérgica. Su mecanismo consiste en aumentar gradualmente la dosis del alérgeno administrado al paciente mediante inyecciones, induciendo al sistema inmunológico a desarrollar tolerancia a ese alérgeno específico, reduciendo así las reacciones alérgicas.
La inmunoterapia ha demostrado ser más eficaz para controlar los síntomas del asma que la rinitis alérgica. Los niños también tienden a responder mejor a esta terapia que los adultos, posiblemente porque sus sistemas inmunológicos en desarrollo son más receptivos a generar nuevas tolerancias inducidas por la inmunoterapia.
Sin embargo, las inyecciones de inmunoterapia subcutánea tradicionales pueden exacerbar los síntomas cutáneos en pacientes con dermatitis atópica concurrente, lo que las hace menos adecuadas para este grupo. Una opción más viable es la inmunoterapia sublingual, que evita los riesgos de las inyecciones mediante la administración de alérgenos debajo de la lengua para inducir tolerancia mucosa, lo que presenta una nueva oportunidad para controlar la dermatitis atópica. Sin embargo, la inmunoterapia sublingual aún está pendiente de aprobación en Taiwán.

¿Las pruebas de anticuerpos IgG para “alergia crónica” pueden diagnosticar alergias alimentarias?

Ciertas pruebas pretenden detectar “alergias crónicas” midiendo los niveles de anticuerpos IgG contra diversos alérgenos en la sangre del paciente. Estas pruebas a menudo muestran reacciones positivas a numerosas fuentes de alérgenos, lo que deja a los padres sin saber si necesitan eliminar todos esos alimentos aparentemente “alergénicos” de la dieta de sus hijos.
En realidad, la IgG es simplemente una respuesta inmune normal producida contra proteínas extrañas y no representa una verdadera reacción alérgica. El factor clave de los síntomas alérgicos es la “reacción de hipersensibilidad inmediata” mediada por anticuerpos IgE. Por lo tanto, la medición de los anticuerpos IgG por sí sola no puede diagnosticar con precisión las alergias alimentarias.
Para confirmar una alergia alimentaria, el enfoque más confiable es una provocación alimentaria oral, que implica observar si el paciente desarrolla síntomas alérgicos después de consumir el alimento sospechoso. Sólo cuando se producen reacciones alérgicas evidentes después de la ingestión se puede diagnosticar definitivamente una alergia alimentaria.

¿Qué tan seguros son los medicamentos tópicos para la dermatitis atópica?

En los últimos años, se han utilizado ampliamente varios medicamentos tópicos inmunosupresores no esteroides (como pimecrolimus y tacrolimus) para tratar la dermatitis atópica, lo que genera algunas preocupaciones sobre su seguridad. Los informes han sugerido que los inmunosupresores sistémicos pueden aumentar el riesgo de cáncer ya que suprimen la capacidad del sistema inmunológico para combatir tumores.
Sin embargo, para los medicamentos no esteroides que se aplican sólo sobre la piel en cantidades limitadas, los efectos secundarios sistémicos esperados deberían ser relativamente leves en comparación con el uso sistémico, ya que la dosis es mucho menor. Un estudio de seguimiento a largo plazo a gran escala no encontró un aumento en la incidencia de cáncer entre los pacientes con dermatitis atópica que usan estos medicamentos tópicos a largo plazo.
Para aliviar aún más las preocupaciones de los padres sobre los efectos secundarios, a veces se recomienda alternar entre corticosteroides tópicos e inmunosupresores no esteroides, como aplicar ungüentos con corticosteroides durante el día y medicamentos no esteroides durante la noche. Este enfoque tiene como objetivo lograr resultados de tratamiento más eficaces y seguros.

¿Los síntomas de la dermatitis atópica mejorarán naturalmente con la edad?

Si bien la rinitis alérgica y el asma pueden mejorar a medida que los niños crecen, no se puede decir lo mismo de la dermatitis atópica. Si no se trata ni se controla, el rascado repetido y el daño en la piel causado por la dermatitis atópica pueden exacerbar la afección, lo que lleva a un círculo vicioso.
Por lo tanto, el objetivo del tratamiento de la dermatitis atópica debe ser restaurar completamente el estado normal de la piel y eliminar la conducta de rascado, lo que se considera un verdadero control de la enfermedad. No se puede esperar que los síntomas desaparezcan naturalmente con la edad. Por el contrario, es necesario un tratamiento activo y persistente para controlar minuciosamente la afección y evitar un mayor deterioro.
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